​Rumbo a la erección del Estado de Hidalgo; los trabajos previos para su consolidación

Por Jefatura de Bibliotecas

La participación del tulancinguense Manuel F. Soto fue crucial
Primera parte

Mucho puede decirse de la erección del Estado de Hidalgo, desde los antecedentes, el durante y el después.

Varios autores han hablado de este importante hecho, que se consolidó un 16 de enero de 1869. En este 2023, serán 154 años en que este territorio se creó como una entidad fuerte y próspera, y de la que se ha investigado en gran medida.

El cronista vitalicio, Juan Manuel Menes Llaguno en su obra “Hidalgo, historia de una tierra que se renueva”, -libro que se encuentra en las ocho bibliotecas de Tulancingo-, plasmó, varios tópicos sobre este territorio, y no soslayó ningún aspecto. Hay un apartado titulado: “En camino al nacimiento del Estado de Hidalgo” en el que narra, en la página 271 que “Las gestiones iniciadas ante el Congreso de la Unión en 1861 para elegir el nuevo estado, interrumpidas, por la Intervención y el Imperio en noviembre de 1862, se reanudaron tan pronto se consolidó el triunfo de la República a mediados de 1867”.

Y agrega que fueron los diputados Manuel Fernando Soto (nacido en Tulancingo un 5 de julio de 1825), Antonino Tagle, Manuel T. Andrade, Cipriano Robert, Protasio Tagle, Gabriel Mancera, José Luis Revilla y Justino Fernández quienes encabezaron los trabajos.

El autor señala que en una primera etapa, los ayuntamientos que deseaban formar parte de la nueva entidad manifestaron al Congreso de la Unión, entre el 2 de julio y el 19 de agosto de 1867 su resistencia a continuar siendo parte del Estado de México. Por lo anterior, solicitaron subsistiera la división que los comprendía dentro del segundo distrito militar, mientras se aprobaba la erección de Hidalgo.

Legislatura federal de 1867

En su obra, Menes Llaguno refiere, que en una segunda fase se logró que “el Congreso del Estado de México aprobara en apretada votación, el 30 de enero de 1868 la creación de la nueva entidad”.

Posteriormente, cita el cronista de Hidalgo que además hubo una tercera etapa, y se trató de “una lluvia de comunicados remitidos al Congreso de la Unión en los que se solicita apresurar el proceso, o bien considerar provisionalmente erigido al nuevo estado”.

Los documentos, añade este destacado historiador, fueron suscritos por los ayuntamientos de: “Actopan, Alfafayucan, El Arenal, Acaxochitlán, El Cardonal, Mixquiahuala, Ixcuincuitlapilco, Izmiquilpan, San Salvador, Santiago Tlachichilco, La Misión de Cerro Prieto, Mineral del Monte, Pachuca, Tulancingo, Singuilucan, Metepec, Huascazaloya, Tula, Chapantongo, Zempoala, Atitalaquia, Tlaxcoapan, Tezontepec de Aldama, Tetepango, Tepetitlán, Jacala, Pacula, Zimapán, Tasquillo, Tutotepec, Tenango, Huejutla, Zacualtipan, Xochicoatlán, Molango y Omitlán”.

Agrega: “Finalmente, para cumplir con lo establecido en el artículo 72 de la Constitución de 1857 en relación con la creación de nuevas entidades, hubieron de esperarse las respuestas favorables de la mayoría de las Legislaturas de los estados de la República lo que se concluye al recibirse la del Estado de Oaxaca el 24 de noviembre de ese mismo año”.

Tras acalorada discusión, puntualiza el escritor, en el seno del Congreso de la Unión donde la participación de Manuel Fernando Soto es crucial en la sesión del 15 de enero de 1869, se aprueba el decreto que crea a la nueva entidad, mismo que fue promulgado al día siguiente.

Benito Juárez, Manuel F. Soto, Juan C. Doria y Antonio Tagle, a quienes se debe la creación del Estado de Hidalgo. Mural de Roberto Cueva del Río, ubicado en la Escuela de Artes de Pachuca