El valle de Tulancingo es habitado por mamuts, caballos, camellos y gliptodontes.
Llegan los primeros seres humanos al valle de Tulancingo, procedentes del norte de México y ocupan las cuevas de Huapalcalco como vivienda, plasmando en ellas, manifestaciones del arte rupestre, en donde se aprecian escenas de cacería y fenómenos astronómicos.
Los primeros seres humanos que habitaron la cueva del Tecolote en Huapalcalco, utilizan herramientas de piedra tales como un hacha de silex, para destazar algunos animales para su sustento.
En la cueva del Tecolote, en Huapalcalco, se realizan los primeros entierros humanos múltiples, acompañados de perros domesticados sacrificados como ofrenda, surgiendo de esta manera, una sociedad que ya tenía definida sus costumbres funerarias y sus prácticas religiosas.
Empieza la organización de los grupos humanos y se utiliza como base la familia. Los cazadores utilizan puntas de piedra estilo “Folsom”, para la cacería de animales de mediana estatura.
Las herramientas utilizadas por el ser humano son de piedra pulida como metates y molcajetes, también se emplean fibras naturales para la elaboración de redes para carga, bolsas y lazos.
Los habitantes de las cuevas fabrican cobertizos con palos y ramas, empiezan a pescar en los ríos y lagunas del lugar, domestican plantas y animales y fundan las primeras aldeas.
Los seres humanos empiezan a domesticar del maíz, a través del surgimiento del teocintle.
